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viernes, 25 de noviembre de 2011

Certezas del enseñar y dudas del aprender - 7


Documento 7

Por Jorge Surraco

 Las tareas docentes 
Segunda parte
 Como viéramos en la nota anterior, las tareas docentes están comprendidas en lo que se conoce como acto didáctico, cuyas partes componentes podemos visualizar en el siguiente gráfico:
 
 En la nota anterior comentamos las partes referidas a objetivos, contenidos y método. Continuamos ahora con las otras partes del acto didáctico representado en el gráfico.

Utilización de técnicas o estrategias: Se denomina técnica o estrategia a la secuencia ordenada de todas las actividades y recursos que utiliza el docente en la práctica didáctica con un fin determinado. Puede decirse que es el plan que dirige la actuación docente y se diseña en base a una situación instructiva concreta e incluye el conjunto de decisiones educativas adoptadas por el profesor para facilitar el desarrollo personal de los alumnos o el proceso de aprendizaje. Las técnicas o estrategias de enseñanza y aprendizaje son muchas y variadas pero no todas son aplicables en cualquier circunstancia didáctica. Es necesario adecuar la estrategia en función del contenido y los objetivos de cada caso y no es apropiado apegarse a algunas sólo porque resultan impactantes, divertidas o novedosas. Este tema recibirá en futuros artículos un desarrollo especial.

Programación de actividades: Toda estrategia que se desea utilizar obliga a la programación de una actividad que la instale en el aula. Es inútil toda actividad en la clase que no produzca un determinado aprendizaje, que no tenga un cierre, una reflexión y evaluación por parte de los alumnos y una devolución por parte del docente. Una actividad no puede ser utilizada para llenar un vacío o simplemente para entretener a los alumnos.

 Uso de recursos: Cuando se habla de recursos se piensa en recursos tecnológicos y cuando se habla de tecnología sólo se piensa en las modernas tecnologías audiovisuales e informáticas. 
Pero, sin negar la importancia y atractivo que tienen, la batería de recursos a la que puede apelar el docente fuera de esos campos es infinita y variada y donde la participación de la imaginación y creatividad tiene un alto porcentaje, con el agregado de que los audiovisuales y los informáticos son hoy casi artefactos hogareños relacionados con la inactividad y el entretenimiento. Los recursos son agentes disparadores o motivadores de una actividad de aprendizaje, no el sustituto de la clase o  ayuda memoria de contenidos no bien recordados o aprendidos. Una transparencia puede ser muy útil si recorta, sintetiza y refuerza un concepto para que el alumno pueda fijarlo. Es absolutamente inútil si transcribe un texto íntegro que el docente lee pero que el alumno no alcanza a descifrar.

La planificación de la asignatura por parte del docente: El docente planifica el dictado de su asignatura clase a clase y actividad por actividad, en función de los objetivos de la asignatura y del aprendizaje de la misma. Esta planificación es presentada y puesta a disposición de los alumnos en el mismo comienzo del cursado para que todos puedan conocer el camino a recorrer y cuál es el punto de llegada de ese camino. La planificación se constituye así en el eje estructural del dictado de una asignatura en un determinado cuatrimestre, por lo que carece de validez una planificación anterior con la sola modificación de sus fechas, si no va acompañada de la actualización, por lo menos, de algunos de sus aspectos didácticos.

Supuestos que se poseen respecto del aprendizaje: Lo que el docente piensa y siente acerca del proceso de aprendizaje y la valoración que le otorga al trabajo realizado por el alumno, determinan el tipo de enseñanza que pone en acción. La sobre valoración del conocimiento a transmitir y la depreciación de las posibilidades del alumnado para alcanzarlo, ensombrecen su acto educativo.

Aceptación y presencia de los saberes previos del alumno: El docente profesional tiene en cuenta los saberes previos del alumno.  Acepta y toma en cuenta todo el bagaje que trae, aún los aspectos negativos como preconceptos, errores, desconocimiento y por supuesto las imágenes, los pareceres del saber cotidiano, la formación sistemática anterior que tenga en la materia, para tomarlos como su punto de apoyo y de transformación.

Utilización de procesos meta cognitivos: El alumno no sólo debe aprender los contenidos de las asignaturas sino que debe llegar a saber cómo aprende. cómo adquiere los conocimientos; entender cuál es la metodología, estrategia o recurso por el cual arriba en mejores condiciones a los saberes. Debe realizar prácticas meta cognitivas y en estas prácticas la ayuda del docente es de fundamental significación.

Conocimiento del currículum de la carrera: Ninguna asignatura puede considerarse un compartimiento estanco ni de un valor superior a otras. Cada asignatura es un eslabón de una cadena de conocimientos que se va construyendo nivel por nivel. 

 Se sabe que, ninguna cadena es más fuerte que el más débil de sus eslabones. Por eso el conocimiento del currículum total de una carrera es de vital importancia para la construcción adecuada de cada uno de esos eslabones. El saber qué conocimientos anteriores nutren a la asignatura que nos ocupa y la ubicación de esos conocimientos en otras asignaturas, es tan importante como entender también cuál es su proyección, discernir a que otras materias nutrirán a su vez. 

Vínculos que se establecen en la clase con las prácticas profesionales: Las referencias al campo profesional no sólo son necesarias en el plano de los ejemplos sino como construcción de un espacio donde el alumno pueda a pensarse a sí mismo en la profesión. Este objetivo se logra con mayor eficacia si esas referencias alcanzan al medio en su conjunto más allá del plano personal del docente. Esta ampliación de las referencias permite apreciar el dominio de la estructura del campo profesional que tiene el docente.

Aplicación de técnicas de motivación: El principal motor del aprendizaje es la motivación del alumno. No hay dudas que motivación y aprendizaje están íntimamente vinculados. Así lo evidencia la principal queja de los docentes referidas a la desmotivación de sus alumnos. Pero la motivación es también una incumbencia del docente. El docente profesional conoce y utiliza técnicas de motivación para generar en el aula un clima de trabajo y participación. Claro que este tema no es tan simple y no alcanza con sólo estar dispuesto a motivar sino estudiar qué tipo de motivación utilizar. Algunos piensan, ligeramente, que las malas notas o los halagos (motivación extrínseca) son más efectivos que lograr el interés del alumno por lo que está aprendiendo (motivación intrínseca). 
Otras veces se cree, peligrosamente, que la aplicación de motivaciones de rendimiento o competencia en función de recompensas, expectativas de éxito o miedos al fracaso, la reprobación, la comparación con los demás, similares a las aplicadas en los equipos de venta, puede actuar como estímulo para aplicarse al estudio. 
En la actualidad la concepción de la motivación es mucho más compleja y requiere de un estudio y capacitación especiales.

La administración del tiempo:   El tiempo disponible siempre resulta poco en las palabras de los docentes cuando se trata de analizar el desarrollo de un cursado. Por eso una administración precisa y detallada, tanto en el plano global de la planificación del cuatrimestre como en la programación de cada clase, incide positivamente en el logro de los objetivos. Este criterio de la administración del tiempo debe ser conocido y compartido por los alumnos para alcanzar su conciencia y colaboración en tal sentido, especialmente con relación a la asistencia y el respeto de los horarios establecidos para el inicio, descanso y finalización de cada clase. El conocimiento de la distribución del tiempo asignado al trabajo áulico, crea de por sí un compromiso del alumno para no perder las actividades programadas.

El uso de la bibliografía: La calidad de las tareas académicas puede medirse con toda claridad a través del uso de la bibliografía que se haga. No es necesario que sea excesiva pero tampoco que sea inexistente. El libro, las publicaciones académicas y profesionales y, tras una rigurosa selección enmarcada en objetivos precisos, las publicaciones en general, son las fuentes con autoridad y confiabilidad propias que generan el acto didáctico y el trabajo de transposición didáctica que realiza el docente. Internet es un valioso auxiliar pero no puede ser la única fuente a la que recurra el alumno. Tampoco la difundida utilización de “apuntes” que no son más que retazos de libros sin identificación ni mención del texto original, puede ayudar a crear una estructura de pensamiento y reflexión que en cambio puede otorgar el uso cotidiano de las fuentes sistematizadas, donde se han volcado los frutos de la investigación y de la experimentación.



(Continuará)

BIBLIOGRAFÍA DE TODAS LAS NOTAS

Freire, Paulo

La educación como práctica de la libertad. Buenos Aires, Siglo XXI, Argentina.


Luzuriaga, Lorenzo

Diccionario de Pedagogía.  Buenos Aires, Editorial Losada S.A.


Read, Herbert

Educación por el arte, Buenos Aires, Editorial Paidós.


Hernández, Fernando y Sancho, Juana María

Para enseñar no basta con saber la asignatura. Barcelona, España, Editorial Paidós.


Gutiérrez Pérez, Francisco y Pietro Castillo, Daniel

La mediación pedagógica, Buenos Aires, Ediciones La Crujía.


Litwin, Edith

Las configuraciones didácticas.  Buenos Aires, Editorial Paidós.

A.A.V.V.

Tecnología Educativa, Políticas, historias, propuestas. Buenos Aires, Editorial Paidós.


Escotet, Miguel Ángel

La formación universitaria frente a la explosión del conocimiento.

Buenos Aires, Conferencias N° 13, Universidad de Palermo, Facultad de Diseño y Comunicación.


VOX

Diccionario General de la Lengua Española. Microsoft Bookself


Espasa

Diccionario de Sinónimos y Antónimos. Microsoft Bookself


Platón

Diálogos Selectos. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina.